Ideas para aprovechar el pan que quedó
Nada se tira, todo se transforma. Y más en épocas de crisis. Sino, mirá lo que podés hacer con el pan que te va quedando.
Si quedó seco y duro, rallalo para rebozar (croquetas, milanesas, pollo), espesar salsas o formar parte de cremas frías.
Pero también podés tostarlo y servirlo en el desayuno o la merienda con manteca y dulce.
En pequeños dados, tostado con aceite de oliva, es ideal para acompañar ensaladas o sopas.
También podés usarlo rallado para que las empanadas se salgan perfectas. Colocá en la placa apta para horno harina, pan rallado o rocío vegetal para que las masas no se peguen y así evitar que se rompa la masa.
Para una cena rápida, podés cortarlo en lonjas más largas y hacer bruschettas.
Para el postre, torrijas de leche, tostadas francesas y budín de pan.